domingo, febrero 26, 2006

LOS SUEÑOS


Bruno Marcos

Nos despedimos por la noche de C. frente a un parking al aire libre al pie de la catedral. Digo: “Esto era un solar donde acampaban los gitanos, sale en mis pesadillas”. Y me acuerdo de toda las ciudades y escenarios que siguen en mis sueños como un mapa mental.
Cuando fuimos a la ciudad de cuento de hadas que aloja el mar y que ha madurado sobre la violencia los demás me pedían que les orientase. Hacía diez años que no pisaba por allí pero, en un momento dado, dije: “Esperad, esto sale en mis pesadillas, es por aquí, ahí el puerto, por la orilla del Urumea, a la izquierda, el colegio de mis hermanas...”. Es como si existiese una cartografía mental grabada en los sueños, otra ciudad a fuego, debajo de la ciudad, una imagen indeleble que se perpetúa hasta convertirse, por su mera emergencia, en pesadilla, en el agobio de una realidad que ya no existe.
¿Pero de dónde ese poder para crear imágenes? El otro día mi hermana dijo: “Mamá tiene cada sueño... hace tiempo tuvo uno en el que veía a su madre y era como de ceniza”. La fuerza de la mente parta transmutar su contenido en imagen me parece una fuerza de la naturaleza. Tanto como estaba cuestionando yo las imágenes ahora y resulta que me parecen, de nuevo, algo enorme. Le decía, hace poco, a mi hermano -un poco a la ligera- que la iconoclastia tal vez fuera una necrofilia si concebíamos la muerte como un espacio sin imágenes. No es tan disparatado si pensamos que estos iconoclastas -incluido Platón- querían arrojar fuera de la polis a la imágenes para pensar en las verdades, la metafísica, el espacio de la muerte.
La visión de mi madre contemplando a la suya de ceniza pertenece a una categoría de imágenes-idea que no creo que despreciase ni el mismo Platón. Ella intenta visualizar a su madre en el espacio de la muerte, carente de imágenes, donde ya no hay imagen de ella, y este se la devuelve como una imagen que pierde sus cualidades para conferirle el valor de esencia. Mi madre soñando con su madre muerta como una imagen cubierta de ceniza quiere resucitarla trayéndola al espacio de las imágenes.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esa foto nos dice más con su silencio que todas tus palabras.Me gustan las fotos antiguas

marzo 07, 2006 12:23 p. m.  

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